Comer. Aquel placer que nos conmueve y une alrededor de una mesa. Y no hay nada más placentero que ser el artífice de esa unión.

Cuando pensamos en comida, al instante nos vienen a la mente aquellos platos intrínsecamente ligados a su lugar de origen, como el asado argentino, el ceviche peruano o la paella valenciana. Pero aunque existe un sinfín de géneros, el componente más importante sigue siendo las manos
de quien prepara la comida, de quien interpreta, a su modo, cada uno de los ingredientes. Ese toque personal es lo que realmente le da vida a un plato, más allá de cuáles sean sus orígenes.

Fede García es un chef de instintos. Su estilo fresco se nutre de la improvisación sobre la marcha,en el cambio habitual y la innovación en cada receta. Se trata de ir probando, mezclando, añadiendo una pizca de esto o de aquello hasta llegar a la fórmula adecuada. De esta forma su Cocina de Instintos permite amoldar el menú a las posibilidades de cada comensal; indagando en los ingredientes a disposición para gestar el mejor plato que se pueda cocinar. Este enfoque instintivo procura generar en el otro el cuidado, el sentido y la delicadeza del producto; así como el equilibrio de sabores a la hora de crear y presentar un plato.